dijous, 12 de setembre del 2013

Por després del 11-S

Dia complicat, a més de la pena per la mort d’en Fontana, he d’afegir la por que em causa que la dóna de la foto, sàpiga interpretar el meu silenci i, pel cap baix, el d’altres sis milions de catalans, cosa de la que és pot deduir que sap més de mi que jo mateix. Però bé per alguna cosa, s’arriba a ser vicepresidenta del govern

2 comentaris:

  1. La dona de la foto no en sap res de 'la majoria silenciosa' de la Diada, de la qual la meva mare forma part per raó de salut. Però ella com molts altres vol anar a votar, la millor manera de donar veu a tothom, i tothom és tothom, pensi el que pensi.

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  2. No, esta mujer no sabe nada de la mayoría silenciosa pero para que ésta se exprese, y dados los impedimentos jurídicos, y sobre todo políticos, para hacer una consulta, y como bien apuntaba Javier Cercas en su artículo de ayer, que se convoquen unas elecciones plebiscitarias.
    Pero sin trampas, sin ambigüedades, con las cartas boca arriba por parte de CDC, PSC, UDC i ICV, definiendo claramente su postura. Y entonces veremos qué pasa y cuál es el país real, que me parece no es exactamente el que algunos piensan y el arco parlamentario formado hace menos de un año lo deja bastante claro (61 diputados soberanistas, suponiendo que todos los de CDC lo sean, sobre 135).
    Si el independentismo obtiene una mayoría cualificada, que se siga adelante con el proceso con todas las consecuencias que se pueden derivar de una declaración unilateral.
    Y si no se obtiene esa mayoría cualificada, estaría bien que alguien se dedicara a gobernar en Catalunya, cosa que hace muchos años que no pasa. Tenemos un presidente que es un zombie, un muerto viviente sin ninguna visión estratégica que no tiene ninguna salida y es incapaz de hacer un presupuesto. En cualquier país con una mínima calidad democrática, sólo por esto ya hubiera dimitido y se hubiera ido a su casa. Pero sigue mareando la perdiz, enviando cartitas para perder el tiempo y colaborando mientras a destrozar la sanidad pública, de la que no quedará nada en poco tiempo, con independencia o sin ella, a no ser que se desmontara el entramado mafioso. Y de esto no tiene la culpa la señora de la foto, que a mi tampoco me hace ninguna gracia, pero ella no ha colocado al frente de la sanidad pública a un empresario del sector sanitario privado para que lo desmantele todo.

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